domingo, 24 de mayo de 2009

Cuento de los Alegres Viajeros

Siempre es curioso ver cómo ciertos personajes, que aparecieron páginas atrás en un cuento muy distinto, vuelven a colarse entre las páginas de este nuevo que escribo.
Aquella historia se remonta a un año que sería recordado con temor, pues aún no habían caído las primeras hojas del otoño cuando dos altas torres, símbolo de poder y libertad, sucumbieron heridas por las flechas certeras del terror. Por aquel entonces, el joven Príncipe habitaba por unos días un magnífico palacio a orillas del Mar Cantábrico, algo aburrido ya de las aguas mediterráneas. Junto con él, un grupo de 52 embajadores llegados desde todos los lugares del país compartieron la aventura de dejar sus espadas de madera y comenzar el adiestramiento de sus vidas, pues un día debían convertirse en una élite de guerreros de la ciencia, la tecnología, el arte o las letras.

Roberto es el nombre de aquel compañero que hace años apareció en el cuento, y el mismo que hace unos días resurgió de nuevo de entre las páginas polvorientas del pasado. Acompañado por un séquito de buenos amigos -Gloria, Paco, Nacho y Carlos son sus nombres-, Roberto emprendió un viaje por el Reino del Gran Dragón. Aunque los primeros días suelen ser duros para los forasteros, estos viajeros superaron sin problemas los retos que los enigmas de la lengua y los astutos hijos del Dragón les plantearon. Tenían un arma infalible: el sentido del humor.

Una vez visitado gran parte del Reino, los alegres viajeros llegaron a la capital del Imperio, donde el Príncipe les esperaba para satisfacer en la medida de lo posible su apetito curioso y su sed de conocimiento. Así pues, degustaron sabrosos manjares y obtuvieron algunas respuestas. No faltaron bailes tradicionales de la tierra ni tampoco algunos más modernos...


¡Muchas gracias por los manjares venidos de España y las risas de los chistes!

domingo, 3 de mayo de 2009

Después de un largo y agotador camino, el Príncipe encontró una lámpara maravillosa, y su Genio le dijo: "Cuéntame, Príncipe, ¿cuáles son tus deseos?"

"¿Deseas cantar?"


"¿Deseas bailar?"

"¿Deseas un gran banquete?"

"¿Deseas la compañía de buenos amigos en la mesa?"

"¿Deseas la habilidad de un gran cocinero?"

"¿Deseas que viejos restaurantes abran de nuevo sus puertas?"

"¿Deseas la longevidad de trescientas tortugas?"


"¿Deseas convertirte en un gran maestro de los caracteres?"

"¿Deseas un día rodeado de flores?"

"¿Deseas dominar el viento y el arco iris?"

"¿Deseas tomar unas tapas en una terraza soleada?"

"¿Deseas deleitarte con los sabores de casa de la abuela?"

"¿Deseas seducir al mundo?"


Entonces, el Príncipe respondió: "Gracias, pero hoy no existen en mi corazón deseos que puedas cumplir."

viernes, 1 de mayo de 2009

Cuento del Último Curso de Guerreros

Durante su adiestramiento en el Reino del Gran Dragón, el Príncipe ha combatido junto con fieros guerreros y valientes amazonas. Éste es el último batallón con el que tendrá el honor de luchar para hacerse con los laureles de la victoria y regresar indemne a aquel Reino a orillas del Mar Mediterráneo...

Venidas de la fría estepa rusa, blanden sus espadas dos bellas doncellas y un frío caballero (que tiene un cierto parecido a Shaggy de Scooby-Doo).


Un grupo de tres jinetes, que ocultan sus cabellos bajo misteriosos pañuelos, acuden al Reino del Gran Dragón desde Malasia. Son las más veloces.
Una dulce hija del Gran Dragón acompaña a dos jóvenes hijos del Sol Naciente para dominar la lengua ardiente del gigante asiático.
El Reino de los Volcanes y las Grandes Olas , la patria del surf, manda a su guerrero más voraz.

El Reino de la Libertad, Estados Unidos, y la tierra madre de las más hermosas y valientes heroínas, Francia, nos confían a una de sus hijas más queridas.

Un representante de la ley y la justicia llegado desde Corea se une también a este grupo tan temido.

Por último, un viejo conocido y paisano del Príncipe, un caballero experto y de noble corazón, completa este pequeño ejército a punto de enfrentarse a las horribles fauces del Gran Dragón.